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viernes, 27 de febrero de 2015

Punzadas repletas de Nervios.



 
 

Las mañanas, las tardes, este picoteo ya no tiene hora, se pasea indefinidamente sobre mi cuerpo, resquebrajando mi cabeza, y desplegando miles de sensaciones viles, pensamientos tumultuosos. Imaginaciones cruzándose con ideas diabólicas, precipitaciones de una parábola inexistente , toda esa creación a sido obra de la mentada enfermedad.

Desperté con el animo bajo. La enorme y cargada taza de café no ayuda a desenmarañar lo que se teje en mi mente con el primer aullido de sol, estas heridas son invisibles, las siento pero no hay a quien acusar que no sea yo misma.

Hoy aparecieron a eso de las 9:15 de la mañana, me levante más temprano que de costumbre y el tiempo me sobraba, pensé en leer, pero ese quebranto seguía sin darme tregua, me di un golpe en la pierna de coraje, trate de sacudir mi carne, para ver si esa cosa se despegaba de mi ser.

La lectura acabo pronto. Puse en documental el cual por falta de tiempo no pude terminar el día de ayer. Y hasta ahora que escribo estas líneas, creo que se ha retirado, por el momento.

No se a que hora, o en que día , esta sensación de sombras tardías vuelva a sacudirme.


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